
Lo que pasó, pasó. Si una oportunidad se fue, pues ¡se fue! Y lamentarnos no va a hacer que regrese. Pensar en "hubiera, debí, pude" sólo nos paraliza, nos vence. En cambio, pensar qué puedo hacer ahora, cómo lo puedo hacer bien, qué nuevas oportunidades pueden surgir, qué aprendí, nos lleva a la acción, al cambio, a la esperanza, a una nueva actitud de vida
"La frase, por lo general, comienza con: "Si sólo..."."Si pudiera otra vez vivir mi vida, o la semana pasada, o ayer...", "Si sólo hubiera sabido lo que ahora sé...". "Si hubiera hecho lo que debía...". "Si le hubiera dicho tal cosa...". Y, frecuentemente, la frase termina con: "Pero ya es muy tarde"
¿Te suena familiar? Estoy segura de que sí. ¿Quién de nosotros puede decir que nunca ha cometido un error, perdido un sueño o se ha arrepentido de una decisión? ¿Se te fue la oportunidad sin reconocerla?¿Te casaste con la persona equivocada? ¿No le dijiste a tu mamá cuánto la querías antes de morir? ¿Te metiste al trabajo equivocado?
Muchos te acompañamos. Muchos tenemos historias con finales no felices. Ante estos errores, algunos sólo encogen los hombros (quizá con demasiada facilidad), otros logran convertir la adversidad en fortaleza y otros tantos estamos en algún punto medio.
Nos es difícil quitarnos de la mente un error, y más difícil aún es dejar de imaginar cómo pudimos evitarlo y cómo serían las cosas "si sólo...".
Es como tratar de caminar volteando hacia atrás. Como vacas, rumiamos la falla una y otra vez. No podemos avanzar ni funcionar. Y, aunque resulta difícil de creer, obtenemos una cierta satisfacción de ello; si no, no lo haríamos.
Imagina que te mueres de sed, y cerca de ti hay un bebedero. Te aproximas y no sale nada. Te esperas un poco para ver si es cosa de la tubería. Nada. Presionas más el botón. Nada.¿Cuánto tiempo más te quedas ahí? Mejor buscas otra alternativa, ¿no? Pues así como el bebedero, existen muchas situaciones en la vida. A veces nos quedamos esperando porque escuchamos un ruido de agua en la tubería, sale una gota, dos, quizás un chorrito. No saciamos la sed, pero nos decimos que esto es mejor que nada, o que no vamos a encontrar algo mejor.
Con la punta de los dedos te sostienes de un sueño, una creencia o una fantasía, y lo que obtienes es un raquítico espejismo de la felicidad, por lo que con frecuencia recurrimos a la fantasía.
Las fantasías son una forma de escape. Es vivir en la irrealidad. Ellas pueden ser un regalo de la vida, o bien hacernos mucho daño cuando nos atormentamos imaginando cómo pudieron ser las cosas.
Una vieja historia nos narra cómo un hombre todos los días le pide a Dios que lo ayude a ganarse la lotería. Pero pasan diez años y nunca gana ni un centavo. Frustrado, se arrodilla, levanta los brazos al cielo y grita: "Dios mío, ¿por qué me has abandonado? ¿No he sido un hombre bueno? ¿No he pedido tu ayuda dos veces al día durante los últimos diez años? ¿Por qué no me has respondido? ¿Por qué no he ganado, aunque sea, un pequeño premio en la lotería?". Y, de repente, aparece una gran luz y una voz: "Juan... Juan... te escucho. He escuchado todas tus plegarias. Sé que eres un hombre bueno. Déjame ayudarte... pero compra un boleto, ¿no?".
Para estar mejor, tenemos que comprar un boleto. Dejar el "hubiera, debí, pude", hacer un esfuerzo para cambiar los pensamientos negativos y sacudir la soberbia o la autocompasión, para así convertirnos en seres de: "hago, puedo y quiero".
Esté artículo me llego por internet, lo escribió Gaby Vargas y me parecio muy bueno ponerlo en el post por que muchas veces hemos estado en esa situacion.
¿Si solo te dierán la oportunidad de cambiar unos de tus hubieras, cual sería?
3 comentarios:
Muy buena reflexion, gracias por compartir esto Martiux. Y pensando en mis "hubieras", creo que solo tengo uno... y creo que es que me hubiera divertido mas en la escuela, digo, si estudiar pero no me la hubiera tomado muy en serio y la hubiera disfrutado mas. Pero eso ya lo cambie, por eso ahora me divierto mucho, no ahorro y gasto todo mi dinero en lo que yo quiera!!!! Viva!!!!
El artículo es muy bueno, guarda una gran verdad, pero muchos no nos damos cuenta y vivimos angustiados por el mañana o sufriendo por el pasado; hasta que en la madurez de nuestra vida, recapacitamos, y nos damos cuenta de que lo único que tenemos es el presente; que el "hubiera" no existe
realmente tiene mucho de cierto y el unico hubiera que hasta este momento me duele es no haberle dicho a mi papá cuanto lo queria y hay que darse el chance para reflexionar y disfrutar lo que la vida te da y pensar que solo por hoy y disfrutarlo
Publicar un comentario